miércoles, 12 de enero de 2022

Breve contextualización de la Apología de Sócrates de Platón

 La Apología de Sócrates que Platón escribe es un relato donde se cuenta el juicio al que fue sometido Sócrates que condujo a su condena a muerte por ingesta de cicuta.

¿Quién acusa a Sócrates?

Meleto: un joven poco conocido que representa a los poetas. Presenta la acusación por afán de notoriedad y por presión de Anito.

Anito: ciudadano pudiente y bien acomodado que en 409 a.C había sido acusado por el fracaso de la expedición a Pilos de la que se había encargado (aunque no como estratego), acusación de la que fue absuelto. Anito participó de la caída de los Treinta Tiranos. Llegó a ser arconte, es decir, gobernante. Representa a los artesanos y políticos.

Licón: orador de no mucho prestigio que solían ridiculizar habitualmente los poetas cómicos por cuestiones como tener una mujer extranjera y ser pobre. Representa a los oradores.

¿De qué le acusan?

·         Asebeia- Impiedad, no creer en los dioses de la ciudad (y por tanto, proponer otros nuevos)

·         Corromper a la juventud (la búsqueda de la verdad que Sócrates pretende necesita de la pregunta por lo que son las cosas (¿qué es la justicia?, ¿qué es el bien?, ¿qué es el amor?...) Esto implica que hay que poner en cuestión las definiciones dadas hasta ahora y buscar una definición universal válida para todo el que se pregunte por estas cuestiones. Como hace a los jóvenes dudar del saber tradicional, como los hace no ser conformistas e indagar sobre lo que las cosas realmente son a través de un proceso racional, los corrompe.

¿Por qué le acusan?

Parece claro que el verdadero objetivo era deshacerse de un personaje doblemente incómodo: un hombre que se consideraba demasiado comprometido con el régimen anterior y un librepensador que podía desestabilizar el nuevo rumbo político. En Atenas se acababa de restaurar la democracia, y la ciudad vivía todavía el tremendo trauma de la guerra del Peloponeso, (431-404 a.C.), las luchas de la oligarquía por hacerse con el poder y, sobre todo, el breve y terrorífico gobierno de los Treinta Tiranos (404-403). El proceso de Sócrates, que no simpatizaba demasiado con la democracia y que había sido maestro de Alcibíades y de Critias, el más violento de los oligarcas, se explica bastante bien en este contexto.

Estructura del diálogo

1.       Discurso principal (17a-35d)

a.       Exordio

b.      Respuesta a los viejos acusadores (15a-24b)

c.       Respuesta a las presentes acusaciones (24b-28ª)

d.      Retorno al prejuicio general: el valor de la misión socrática (28a-34b)

e.      Conclusión: no habrá súplicas emocionales de clemencia (34b-35d)

2.       Después del veredicto: Contrapropuesta de castigo.

3.       Después de la sentencia (38c-42a)

a.       A los que votaron por la pena de muerte (38c-39c)

b.      A los que votaron por la absolución (39e-42a) 

Comienza el diálogo con la distinción que hace Sócrates entre los nuevos (Meleto, Anito y Licón) y los viejos acusadores. A quien verdaderamente teme Sócrates es a los viejos, a los que se han opuesto a él durante toda su vida vertiendo acusaciones falsas sobre su persona. Cuando el Oráculo de Delfos le dice a Querefonte que Sócrates es el más sabio de la ciudad, Sócrates, sabedor de su ignorancia, acude a los que eran más famosos por su ignorancia. Primero acude a los políticos y de su diálogo con ellos concluye que no saben nada, ni siquiera que no saben nada. Después acude a los poetas y de sus diálogos con ellos concluye que no saben de lo que escriben, no escriben con conocimiento y que parecen más bien que lo hacen en trance divino. Por último, se dirige a los artesanos, que poseen saberes de los que Sócrates carece y comprueba que comenten el mismo error que los poetas: por el hecho de ser buenos en su oficio consideraban que entendía también las materias más elevadas, es decir, por saber de lo concreto y específico de su arte, pensaban que sabían de todo. El oráculo lleva razón. Nadie sabe nada y ni siquiera son conscientes de su ignorancia.

Por analogía asocia a los nuevos acusadores con estos tres acusadores como representantes de cada uno de los grupos que él investigó.

Después de esto, todos los temas que aparecen en la defensa:

La ignorancia de Sócrates: Al menos él sabe que nada sabe y no cree saber lo que ignora como lo creen los conciudadanos más ilustres. Es una ignorancia limitada porque como él mismo dice en 29b, sabe que hay una distinción objetiva entre el bien y el mal y que hay principios morales independientes de las diferentes opiniones de uno u otro individuo y la necesidad de descubrirlos es lo que hace que “no merezca la pena vivir una vida sin examen”.

Los poetas no pueden ser la fuente del conocimiento.

Intelectualismo moral: es mejor sufrir el mal que cometerlo. Obrar mal es malo no solo para quien padece la acción sino también para el que la lleva a cabo.

El filósofo no puede participar en política: si participas en política, siempre habrá una situación en la que obres injustamente. El filósofo actuará como el viajero que se resguarda de una tempestad detrás de una pared, contento de mantenerse libre de todo crimen y terminar su vida con la serenidad de una buena esperanza.

En definitiva, matar a Sócrates es matar el espíritu crítico y la libertad de pensamiento. No se adhiere al 100% a nada ni a nadie, siempre pone peros a todas las posiciones habituales y por eso es molesto y “poco de fiar”. No deja de ser alguien que denuncia todos los intereses particulares que se camuflan dentro del supuesto interés general. Lo que a Sócrates le importa es la verdad (aletheia como desvelamiento), lo universal que se oculta en lo particular, lo real que hay que descubrir (desvelar) en lo aparente.

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